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Museo de miniaturas en Hamburgo: Miniatur Wunderland

Tiempo de lectura: 5 minutos

¿Existe un museo de miniaturas en Hamburgo? Sí, y es el más grande museo ferroviario del mundo. Se llama Miniatur Wunderland. Así que en esta publicación te conteremos todo que lo que necesitas saber para poder visitarlo.

Miniatur Wunderland significa “país de las maravillas en miniatura”, y efectivamente lo es. Recorrer los pasillos de este museo nos transporta a un mundo que nos hace recordar nuestra infancia, cuando el más mínimo juguete nos alegraba cualquier momento.

¿Cómo llegar al museo de miniaturas en Hamburgo?

Llegar a él es muy sencillo. Se encuentra en el barrio histórico de los almacenes en Hamburgo.

Está aproximadamente a 1km del ayuntamiento de Hamburgo, o bien, a 500 metros de la Filarmónica del Elba. Para llegar en transporte público, está cerca la parada de autobús de la línea 6. Las líneas 3 y 1 del metro o subterráneo son las más cercanas, y para el caso del tren serían las rutas S1 y S3.

En caso de llegar en carro, el museo tiene habilitados 44 espacios en frente del edificio por un pequeño costo. Pero se llenan muy rápido. Hay parqueos cercanos, pero pueden resultar algo costosos. El mismo museo recomienda llegar en transporte público de ser posible.

Te invitamos a leer nuestra publicación para que sepas cómo tener datos móviles en Europa. y te sea más fácil desplazarte.

¿Se puede visitar el museo de miniaturas en Hamburgo durante la pandemia?

El museo ya volvió a abrir al público, pero solo permite un aforo del 20% sobre la ocupación total. Recomiendan hacer las reservaciones por Internet, y cada entrada tiene un lapso para poder ingresar, el cual es de una media hora. Ya estando en el museo, uno se puede quedar todo lo que se quiera. Eso es muy bueno, para no tener que estar muy apurados por un horario.

También se pueden comprar las entradas directamente en el museo, pero no es recomendable porque hay tiempos de espera de más de 2 horas para poder ingresar. Eso sí, en una sala de espera con todas las medidas de salud locales. Sin embargo, lo mejor es comprarlas por Internet.

Dentro del museo hay un restaurante, el menú es limitado y lo pueden revisar de previo por Internet. Nosotros, por ejemplo, fuimos temprano y luego de finalizar la visita, almorzamos ahí mismo y después seguimos nuestro recorrido por Hamburgo. Es una opción muy práctica.

Visitando el museo de miniaturas en Hamburgo

El museo está dividido en varios “mundos”. Cada uno representa diferentes zonas geográficas que se han construido desde el año 2000. A continuación detallaremos cada una de ellas.

Visitando el museo: Alemania

  • Alemania central. Vemos muchos paisajes de esta zona de Alemania. Se encuentra un largo trayecto del tren rápido alemán: el ICE, y una feria con diferentes atracciones que se iluminan con sus más de 100.000 luces LED.
  • La ciudad ficticia de Knuffingen. Tiene un poco de muchas ciudades alemanas: un complejo sistema de tráfico, policías que lo controlan, una impresionante estación central, un palacio, varios puentes que conectan la ciudad con los Alpes. Y como toda ciudad compleja, según dice el mismo museo, hay un incendio cada 15 minutos, así que tiene una estación de bomberos siempre listos para atender esas situaciones.
  • Hamburgo. La sección de Hamburgo no se puede quedar atrás, ya que es la ciudad donde está el museo y su sección más densamente poblada. Ahí se pueden encontrar una central eléctrica, un depósito de ferrocarriles, una impresionante estación central hecha con base en los planos originales de la estación real, el estadio Volkspark, la Filarmónica del Elba e incluso un parque zoológico.

Visitando el museo: resto del mundo

  • Austria. Los creadores del museo pusieron especial atención en los detalles de Austria. Querían que las personas de esas zonas lo vieran como auténtico. Se enfoca en temas de nieve, con sus teleféricos y estaciones de ski. Incluso cuenta con una cárcel de máxima seguridad para los mal portados.
  • Estados Unidos. Aunque el área dedicada a Estados Unidos tiene menor extensión que otras, no quiere decir que no deja de ser grandiosa. Nos adentramos en el Gran Cañón, la fabulosa ciudad de Las Vegas con más de 30.000 luces LED, la Villa Navidad y el famoso Cabo Cañaveral desde donde se observa el despegue de un transbordador espacial. Todo unido por un complejo sistema de tránsito que regula las miniaturas y sus movimientos, especialmente los largos trenes de ese país con sus enormes locomotoras.
  • Escandinavia. La sección de Escandinavia, abarca los países de Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia, con sus variados paisajes. Y ahí mismo está la representación del mar Báltico, que con sus 30.000 litros de agua permite la navegación de varios barcos que atraviesan sus olas.
  • Suiza. La hermosa Suiza. Aquí se pueden ver muchos de los escenarios típicos del país: el famoso monte Matterhorn, o Cervino en italiano, paisajes alpinos, una fábrica de cemento de la empresa Holcim, incluso una fábrica de chocolates. Esa fábrica tiene un detallazo, pero no les vamos a arruinar la sorpresa.
  • Roma. Esta sección nos transporta a Roma, es increíble el nivel de detalle que tiene cada construcción. Vale la pena admirar detenidamente la Fontada di Trevi, el Coliseo y El Vaticano.
  • Italia. Saliendo de Roma, se pueden visitar otras zonas de Italia, como la costa amalfitana y Pompeya, con un magnífico volcán Vesubio que hace erupción.

Visitando el museo: el aeropuerto

El aeropuerto es quizá la parte más impresionante de todo el recorrido, al menos desde el punto de vista técnico. Son 150 metros cuadrados de construcción, que tardó 6 años en completarse. Cuenta con alrededor de 50 aviones diferentes, con todos los movimientos sincronizados para dar una sensación de estar en un aeropuerto real.

Por otra parte, desde la entrada al aeropuerto, se da al espectador esa sensación de iniciar una aventura, un viaje, un destino.

Al ver la terminal, se puede apreciar el delicado balance de los aviones llegando a las puertas, de los carros de equipaje, de los carros de alimentación, de los aviones siendo remolcados hacia atrás para ponerse en línea y partir hacia su destino.

Finalmente, la pista ofrece un espectáculo único. Ver llegar y partir cada uno de los modelos de avión con sonidos muy reales, inspira a cualquiera, sea amante de los aviones o no.

Conclusión

En conclusión, el Miniatur Wunderland es una atracción muy interesante y diferente. Recomendamos una visita de al menos 2 horas, para verlo con cierto detalle y asombrarse con cada sección del museo. Como cierran hasta tarde, se puede aprovechar parte de la noche para realizar la visita. Les aseguramos que no se decepcionarán.

En nuestra siguiente publicación te contamos la experiencia de visitar lo que fue el campo de concentración de Sachsenhausen cerca de Berlín. Aquí te compartimos nuestra forma de planificar los viajes, para poder complementar lo que haces.

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