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El Gran Elefante Nantes

Francia, día 6. Qué ver en Nantes y visitar el Castillo de Villandry

Tiempo de lectura: 5 minutos

¡Continuamos con la historia de nuestra aventura en carro por Francia! En esta publicación te contaremos qué ver en la hermosa ciudad de Nantes y nuestra visita a los jardines del Castillo de Villandry.

Aquí encontrarás la primera publicación sobre nuestro viaje a Francia si quieres leer sobre todo el viaje. Y aquí nuestra publicación anterior sobre el quinto día del viaje por las ciudades Dol-de-Bretagne, Saint-Malo, Dinan y Rennes.

 

Día 6: Nantes y Castillo de Villandry. Noche en Azay-le-Rideau

Nuestra primera parada del día fue en la hermosa ciudad de Nantes. Le dedicamos casi un día, pero perfectamente se le pueden dedicar dos días para recorrerla más tranquilamente. Nantes ha sufrido muchas transformaciones a lo largo de su historia. Luego finalizamos el día visitando el castillo de Villandry.

 

Qué ver en Nantes

La ciudad de Nantes tuvo mucha relevancia al final de la era del imperio romano. Luego de la conquista de los bretones, fue el hogar de los duques de Bretaña. Después se convirtió en el puerto más importante de Francia, especialmente durante el periodo de tráfico de esclavos en el siglo 18. Posteriormente se enfocó en una economía fuertemente industrializada. Actualmente se enfoca más en la economía de servicios. En este momento es una de las mejoras ciudades de Francia en cuanto a calidad de vida.

Todas esas facetas durante su historia, hacen de Nantes una ciudad que tiene mucho que ofrecer. Es una ciudad con un aire diferente a otras ciudades.

 

Del estacionamiento hasta el castillo

Salimos de Rennes temprano, ya que nos esperan casi 2 horas de conducir para llegar a nuestro destino. Una vez en Nantes, estacionamos el carro en el Parking Gloriette – Petit Hollande, de pago. Iniciamos nuestro recorrido para contarte qué ver en Nantes. Caminamos hacia el este por la calle Quai de la Fosee. Esta calle avanza junto a la línea del tranvía. De camino es fácil impresionarse por la arquitectura de los edificios. Avanzamos hasta llegar a la intersección con la Rue de la Paix.

Ahí tomamos rumbo hacia el norte por esa calle, para llegar hasta la Iglesia de la Santa Cruz. Luego nos devolvimos hacia el sur, continuando nuevamente cerca de las líneas del tranvía hasta llegar al parque con el Espejo de Agua. Es un parque muy bonito y además pasamos un largo rato contemplando como se refleja el paisaje en el espejo. Ver el castillo reflejado es una doble belleza ante los ojos.

Ese es el Castillo de los Duques de Bretaña, construido en el siglo XIII y es un elemento histórico de Nantes. Originalmente fue el lugar de residencia de los duques. Luego se convirtió en la residencia bretona de los reyes de Francia. Posteriormente sirvió de cuartel y de prisión. Incluso fue utilizado por las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Actualmente luego de una extensa restauración, el castillo está abierto al público. La entrada tiene un valor de €8. Nosotros no pudimos entrar porque no nos daría tiempo de hacer todo el recorrido que queríamos.

 

Qué ver en Nantes: del jardín botánico hacia la isla de Versalles

Nuestra siguiente parada fue el jardín botánico (Jardin des Plantes), el cual se encuentra hacia el oeste. De camino nos desviamos un poco para ver el edificio La Tour Lu, una antigua fábrica de galletas que hoy alberga al Centro Nacional de Artes Contemporáneas.

Este jardín botánico tiene más de 200 años. Es un lugar que ofrece un ambiente agradable lleno de naturaleza para caminar o descansar por horas. Además, en él se encuentran varias figuras gigantes de objetos y animales que agregan un aire de diversión al recorrido.

Salimos por el lado este del parque buscando la Rue Georges Clemenceau. Por esa calle pasamos por el Museo de Bellas Artes de Nantes. Continuamos la calle hasta llegar al Patio de San de Pedro, para desde ahí ver la Catedral de San Pedro y San Pablo. Seguimos caminando hacia el este hasta llegar al ayuntamiento de la ciudad.

Luego nos enrumbamos hacia el norte buscando el río Erdre. En la plaza se puede apreciar un monumento a Charles de Gaulle. Siguiendo hacia el norte, llegamos a la isla de Versalles. Es una pequeña isla formada en el río. Fuimos ahí para pasear un largo rato en su hermoso jardín japonés, que además es gratuito. Luego de disfrutar este bello jardín, salimos por el este buscando la Rue Paul Bellamy, para luego caminar hacia el sur. Cuando se interseca con la Rue Jeanne d’Arc, doblamos hacia el este para llegar al Marché de Talensac. Este es un mercado tradicional donde se pueden ver y comprar productos de la zona.

 

Qué ver en Nantes: final del recorrido

Caminando hacia el sur nos topamos con la imperdible Torre de Bretaña. Su arquitectura desentona un poco con el ambiente de Nantes. Se puede subir, pero nosotros no lo sabíamos. Las vistas siempre son bonitas desde lo alto de los edificios. Subir cuesta €1, así que es una buena idea contemplar Nantes desde lo alto de la torre. Un poco más hacia el sur nos encontramos con la bella Basílica de San Nicolás y la Plaza Real, donde se realiza el mercado navideño del 24 de noviembre al 24 de diciembre de cada año.

Luego buscamos la Rue de la Fosse hacia el sureste buscando la entrada al Pasaje Pommeraye. Este pasaje es una galería comercial que existe desde el siglo XIX.  Se puede pasear un rato entre las tiendas en busca de algún recuerdo o producto de interés, mientras se contempla la maravillosa arquitectura que aún se conserva.

Para finalizar nuestro recorrido, caminamos hacia el sur cruzando el río Loira para llegar a la isla de Nantes. Este lugar antiguamente era un astillero. En la actualidad se ha ido revitalizando la zona. Unos de los esfuerzos que se ha logrado para ello es la creación de «las máquinas de la isla». Son una serie de obras culturales para darle una identidad creativa a Nantes. Entre ellos destaca «El Gran Elefante» que es una escultura mecánica diseñada para transportar a 49 pasajeros en un viaje de 45 minutos por la plaza cercana. Es todo un espectáculo. Cuando nosotros llegamos ya no había más salidas del elefante para ese día. En tu caso te recomendamos verificar los días y horas de funcionamiento para que no te pierdas la experiencia. En su página oficial se encuentra toda la información al respecto.

 

Hacia el castillo Villandry

Hoy empezaba nuestro recorrido por algunos de los castillos del Loira. Las elecciones fueron difíciles puesto que muchos de los castillos nos llamaban la atención. En el caso del castillo de Villandry, lo seleccionamos no tanto por el castillo en sí sino por sus maravillosos jardines y el bosque que posee. Además, como llegábamos un poco tarde, podíamos estar en los jardines todo lo que quisiéramos después de la hora de cierre al público.

Este castillo fue construido en 1536 y ha pasado por muchos propietarios. Incluso en algún momento fue propiedad de Napoleón Bonaparte quien lo compró para su hermano. Actualmente junto con los demás castillos del Loira, es considerado Patrimonio de la Humanidad.

Saliendo desde Nantes, nos esperaban 2 horas hasta llegar al castillo de Villandry. Al frente de la entrada se encuentra un espacio gratuito para estacionar. Llegamos poco antes de las 5pm, apenas pudimos entrar puesto que en esas fechas las 5pm era la hora para permitir la última entrada. Aprovechamos primeramente para admirar la belleza externa del castillo. Definitivamente hubiese valido la pena verlo por dentro.

El tipo de jardín que tiene este castillo es que se le denomina como «jardín formal«. Está geométricamente distribuido por áreas y cada área está cuidadosamente diseñada en cuanto a las plantas y flores que contiene. Muy agradable a la vista dado que todo se ve perfectamente colocado. En el jardín y en el bosque estuvimos casi 2 horas, hasta despedir los últimos rayos del sol.

 

Noche en Azay-le-Rideau

Nuestro hotel para esa noche, Hotel des Chateaux, se encontraba a unos 10 minutos del castillo. Es un hotel de 3 estrellas que parece una gran casa, las instalaciones muy bien cuidadas y el servicio muy bueno.

 

Qué ver en Nantes: resumen de gastos del día

  • Entrada para ver los jardines del castillo de Villandry: €4 por persona. Si se quiere visitar también el castillo, la entrada tiene un valor de €7 por persona, que incluye la vista a los jardines.
  • La noche en el hotel nos costó US$59.

 

Si tienes alguna duda o consulta con mucho gusto te ayudamos. En nuestra próxima publicación te contamos sobre la visita a la ciudad de Tours y los castillos Amboise y Chenonceau.

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