¡Continuamos con la historia de nuestra aventura en carro por Francia! En esta publicación te contaremos sobre nuestra visita al Castillo de Chambord, el más grande de los castillos del valle del río Loira. Y sobre nuestra llegada a la maravillosa ciudad de las luces: ¡París!
Aquí encontrarás la primera publicación sobre nuestro viaje a Francia si quieres leer sobre todo el viaje. Y aquí nuestra publicación anterior sobre el séptimo día del viaje cuando visitamos la interesante ciudad de Tours y los castillos de Amboise y Chenonceau.
Camino al castillo de Chambord
El castillo está muy cerca de la ciudad de Blois, donde estábamos hospedados. Salimos del hotel y en menos de 30 minutos ya estábamos en la propiedad para iniciar nuestra visita al castillo de Chambord. Tiene tres amplios estacionamientos de pago. Dejamos el carro ahí y en pocos minutos estábamos en el castillo. Como dato curioso, en la tienda del castillo (por donde se entra y se sale), venden unos chocolates de color azul. Sabían muy bien y son diferentes, así que pueden ser un regalo interesante.
Visita al castillo de Chambord: historia
Este castillo es el más grande de los castillos del Loira. No todo está abierto al público, pero lo que se puede visitar es más que suficiente para estar todo un día. Se pueden recorrer parte de todos los pisos y de la azotea del castillo
En la propiedad se encuentra un gran bosque. El rey Francisco I mandó a construir este castillo para que le sirviera como residencia de caza en ese bosque. Desde ese momento pasó por varias manos, pero siempre cerca de la monarquía o por herencia. Desde 1915 es propiedad del estado francés.
Una de las particularidades de este castillo, es que fue construido y remodelado en un periodo de 200 años. Conforme pasaron los años se fue completando el diseño original. Se dice que incluso algunas secciones fueron diseñadas por Leonardo da Vinci cuando vivió en Francia. Sin embargo, ese detalle no se ha logrado corroborar.
Una de las particularidades que tiene en interior, es una interesante escalera de doble hélice. Este diseño permite que se pueda subir o bajar sin que las personas lleguen a cruzarse.
Visita al Castillo de Chambord
Con la entrada está incluido un folleto con varias propuestas de recorrido. Es importante considerar esas recomendaciones de acuerdo al tiempo que se tenga disponible para la visita a Chambord.
Antes de entrar al castillo, aprovechamos cada paso que dábamos. Las mejores fotografías se toman desde largo para poder captar la extensión del castillo. Cuando se ingresa, constantemente hay una película que narra los detalles y la historia del castillo. Vale la pena verla toda para entender cómo se construyó. Si no se cuenta con suficiente tiempo, se puede revisar en Internet con anterioridad la historia y pueden omitir la película.
Lo primero que se puede observar en la escalara de doble hélice, vale la pena invertir un tiempo en apreciar su diseño. En el primer piso se pueden visitar varias habitaciones, así como la cocina del castillo.
En los pisos superiores se pueden visitar las habitaciones para actos oficiales, así como los dormitorios de los reyes y la capilla. Hay un área donde se mantienen los trofeos de caza de los diferentes propietarios del pasado del castillo.
Para cerrar la visita, queríamos pasear por los jardines. Sin embargo, lamentablemente estaban en mantenimiento así que ni siquiera se podía pasar porque había mucha maquinaria y tenían el área cerrada. Nos quedará para un siguiente viaje 😛
Hacia París: devolviendo el carro
Nos esperaba una gran manejada, puesto que París se encuentra casi a 200 kilómetros del Castillo de Chambord. En total fueron más de 2 horas. El tráfico en París es realmente complicado. Definitivamente tomamos una buena decisión de movernos en transporte público porque en carro hubiese sido una pesadilla.
Cuando uno alquila carro, lo más común es alquilarlo con el tanque lleno y devolverlo igual. También existe la opción de devolverlo con lo que le quede de combustible. Sin embargo, por lo general es mucho más caro que devolverlo con el tanque lleno. Cada vez que alquilamos carro, buscamos al menos tres estaciones de servicio (gasolineras) para evitar cualquier contratiempo. Es especialmente importante si la hora de entrega del vehículo está muy ajustada y no se cuenta con mucho tiempo de sobra.
Otra de las recomendaciones, en caso de devolver el carro en un lugar diferente, es identificar la previo la dirección. En nuestro caso, la devolución la hacíamos al costado de la estación de tren Gare du Nord de París. Lo que nos llamó la atención es que era un estacionamiento subterráneo, y duramos un poco ubicando que teníamos que bajar 4 pisos hasta encontrar los campos de las empresas de renta de autos.
Utilizando el metro en París
¡Finalmente en París! lo primero que debíamos hacer era llegar al hotel para dejar las maletas y luego ir a ver por primera vez la Torre Eiffel. Siempre nos gusta utilizar el transporte público en las ciudades, así que esta vez no fue la excepción. Nuestro hotel tenía una muy buena ubicación, como a 2km de la torre y a 150 metros de la estación de metro Segur.
Para los que vivimos en ciudades sin metro, queremos comentar que este medio de transporte es muy práctico, ya que es muy eficiente. Se dice que los parisinos están orgullosos porque en menos de 500 metros siempre se puede encontrar una estación de metro. Corroboramos que es cierto, sin embargo, al menos en nuestro caso, en varios ocasiones las estaciones cercanas no nos permitían llegar a nuestro destino 😛
Así que debíamos caminar un poco más para llegar a la estación que nos sirviera. Pero así logramos conocer mucho más de lo queríamos. En los viajes no todo se puede planificar, y así es más bonito.
Utilizar el metro es sumamente sencillo. Todas las estaciones tienen máquinas donde se pueden comprar los boletos individuales por €1.80 (llamados «Ticket t+») en las máquinas y pueden ser utilizados todas las veces que sean necesarias dentro de los siguientes 90 minutos de haberlos validado. Si se van a realizar varios viajes, es mejor comprar los tiquetes en grupos de 10 que salen por €14.10. La máquina acepta monedas, billetes y tarjetas de crédito.
En 30 minutos ya estábamos en el hotel. La experiencia fue muy agradable, la señora de la recepción cuando vio que éramos de Costa Rica nos empezó a decir lo mucho que quería conocer el país. Hablaba bastante bien español, duramos como media hora conversando con ella.
¡Nos fuimos a ver la Torre Eiffel!
Luego de descansar un poco, nos fuimos caminando hacia la torre. Eran 2km, entonces nos sirvió para admirar la ciudad de las luces, ya que mientas caminábamos iba obscureciendo. Llegamos a la gran plaza Campo de Marte. Sin embargo, no pudimos verla en su esplendor porque estaba en mantenimiento.
Sin embargo, desde ahí vimos la maravillosa torre dándonos la bienvenida, con su luz de faro en la cima y los destellos luminosos durante cinco minutos cada hora. Habíamos visto la Torre Eiffel infinidad de veces en fotos o en vídeos, pero nada se compara con estar viéndola. Ahí nos enamoramos de París.
Nos quedamos alrededor de dos horas viendo la torre desde varias partes, seguimos y pasamos por el puente de Jena hacia Trocadero para verla desde el otro lado del río Sena y seguíamos impresionados.
Verdaderamente París nos estaba esperando para darnos esa bella recepción. Así que luego de estar satisfechos, nos devolvimos al hotel con una lluvia que nos mojó bastante. Pero habíamos visto la Torre, no importaba la lluvia.
Resumen de gastos del día
- Entrada al Castillo de Chambord. €11 por persona.
- Las 6 noches en el Hotel Baldi nos costaron €543 en una habitación doble muy acogedora.
Así finalizamos nuestra publicación sobre la visita al castillo de Chambord.
Si tienes alguna duda o consulta con mucho gusto te ayudamos. En nuestra siguiente publicación te detallamos el recorrido por el Barrio Montmartre, la Basílica del Sagrado Corazón, el Arco del Triunfo, los Campos Elíseos, la Plaza de la Concordia y la subida a la Torre Eiffel.
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